Amor de papel.

Amor de papel: poco pesado, ocupa poco espacio en tu mente. Flexible, muy variable, un día es blanco y otro negro. Fugaz, tan rápido como vino, se fue. Poco resistente, no aguantará un mal comentario, como mucho durará un mes. Fácil de transportar, el amor es así, va a todos lados. Poco duradero, ya mencionado. Incomprensible, los sentimientos que aparecen de la nada son incompresibles, cegadores a la vez de locos.

Un pacto con el diablo.

Cada noche imagino haber realizado un pacto con el diablo por haberte encontrado a ti, la perfección en persona, con la condición de saber que yo, alguien con variados defectos, nunca podré tenerte a mi lado.

¿Tú también sueñas conmigo?

Las noches del Sur, noches que se hacen cortas gracias al Sol. Noches en las que quedo dormida pensando en ti, en las que sueño contigo, en las que me desvelo por ti. Y no lo puedo evitar, me pregunto constantemente si también soñaras conmigo, ¿ seré yo también el pensamiento que te impide dormir ? No se si tú, al igual que yo, piensas en mi al reconocer la luz que te saluda por la mañana dándote los buenos días. Es este clima el que me acompaña a imaginar una leve caricia por tu cara, un discreto e inesperado contacto de tu dedo con el mio, una mirada que termine perdiéndose detrás de ti. Tantos momentos imagino y tan pocos tengo.
Pero, no sé cómo, me basto con un saludo y el pensar que he podido intercambiar un par de palabras contigo, un par d palabras que simplemente intentaron hacerte sonreír, o minimamente hacerte sentir bien por el mayor período de tiempo posible. Porque solo con eso, me alegras el día. Con lo poco que me has dado me has echo sentir lo que nadie me hará sentir. Porque tu apareciste en mi vida de la nada para quedarte aquí, a hacerme de verdad. Porque seguiré queriéndote en la sombre. No hay palabras para expresar todo lo que siento, ni si quiera gestos, no hay nada que explique lo que me haces sentir. No sé si esto es mucho o poco, pero es la ilusión que hace que me levante cada día con fuerzas, el poder hacer esto, y es simplemente hablarte.

Todo tipo de personas.

Las personas que pueden llegar a pasar por tu vida son muy diversas. Hay personas que no marcaran una entrada y una salida, pasarán de largo. Se subirán a tu tren, y se bajaran una sola y simple vez. Alomejor no tuvieron algo que ver contigo, o alomejor sí, y ni si quiera te diste cuenta.


Están las personas que te hacen persona a ti. Esas personas que te acompañan desde el primer día de tu vida hasta el final de su muerte. Estas son las únicas personas que no se pueden cambiar, ya que están predeterminadas. Son los que te muestran cariño incondicional, las que no piden nada a cambio, las que se entristecen cuando lloras, y las que rebosan alegría al verte reír.


Tenemos a los amigos, los cuales dependiendo de nuestra etapa de vida, necesitamos más o menos. Dependiendo de tu concepto de amistad hay amigos más amigos o menos amigos. Los que estuvieron para lo bueno y lo malo, o los que solo intentaban sacar provecho de ti. Los que se fueron para no volver, o los que llegaron para quedarse. De amigos todos tipos hay. Los amigos que intentaron darte consejos y fallaron, y los que acertaron.


Luego están las personas que aunque solo sea una vez, la recuerdas cada día, con lo que se puede deducir que esta persona te ha “marcado” . Esta persona puede ser un familiar, tu padre o tu madre; un amigo, el mejor de la infancia, tu primer amor o, incluso tu mayor amor. Por mucho que lo evites, como mínimo, cada día le regalas un par de minutos de tu pensamiento. No importa el tiempo que lleves sin verle, ni la distancia... Lo único que importa es que a ti te importa. No elegimos en quien queremos pensar, ni a quien queremos odiar, ni a quien querer.


No habría espacio para describir la cantidad de personas que conocemos y que conoceremos, ni para decir su variedad. Pero dentro de cada persona hay algo, puede que bueno y puede que malo, puede que eso sea para siempre o que se olvide, puede que te ayuden … pero esa es tu labor, descubrir lo que lleva dentro cada persona.

Asfalto.

Aquí, sentada. Viendo como las horas pasan y, cada muy poco tiempo, avanzo. El Sol me ilumina con la luz que tiene cuando avisa que llega la noche y, aunque esta se acerque, noto como los rayos de este calientan; aún sabiendo que estos rayos vienen de cientos de kilómetros y que han tardado unos diez minutos en llegar a mí, y solo a mí, no le agradezco nada al Sol, ya que sé que no solo me alumbra a mí. Esta sensación o verdad, no sé como llamarla, junto contigo permanentemente en mi pensamiento, hacen que me entren escalofríos, y no por la cálida brisa que corre. En verdad, no sé por qué, puede que por la música que me acompaña en esta parada, en la que solo me paro yo. Puede también ser por el olor a naturaleza mezclado con el del asfalto, que no sé que sensación generan. Tantas cosas siento ahora mismo, y lo único que quiera es oír tu voz por simple entretenimiento.

Caí en tu amor.

Caí en tu amor. Me di cuenta de que la vida pone hoyos, agujeros, huecos... en el camino de la vida para que aprendamos a esquivarlos, aunque no nos damos cuenta de que esos huecos en los que caemos son los que nos marcan por muy leves de tiempo, modo, forma, lugar que sean, y yo caí en uno, en tu hueco, en tu hueco lleno de amor. No sé si me miento a mí misma o soy demasiado realista y veo lo que no hay,o no veo lo que hay, o quiero ver cosas que están y no quiero ver cosas que si están, no sé tantas cosas. Solo sé que pienso que si volviera al pasado, y me dijeran que conociéndote caería en ese hueco tuyo, que caería en tu amor,sé que sin dudarlo te conocería de nuevo. Porque tu eres una de esas cosas que se recuerdan quieras o no quieras, para bien o para mal.

Porque así soy yo, y así eres tú; tu eres la estrella que brilla más y destaca más en mi cielo, mientras yo soy una estrella leve, que brilla poco, y que está a kilómetros de tí. Así seguiré caída en tu mor y como siempre, en silencio.

Una noche contigo.

Lo único que sentía era tu respiración a menos de dos centímetros de mi mientras lentamente me acariciabas la cara con la yema de tus dedos que me resultaban cálidos y relajantes. De fondo esa canción tan repetida por mí, a la que solo encuentro sentido en el título y aún así me sigue gustando, no puedo dejarte de amar.

Tener los ojos cerrados para solo abrirlos unas cuantas veces queriendo cruzarme con tu mirada mirada cada vez que los abriera y sentir respuesta en esa mirada, en tu mirada, una respuesta que me decía: Tranquila, yo te protejo, nadie me separará de ti, estoy a tu lado. Volverlos a cerrar con un simple parpadeo con el conocimiento de que me miras y, de que estás a mi lado.

Una luz tibia que deja ver, pero no mirar, una luz lo suficientemente tenue para que no haya luz y en su punto de brillantez para que no haya oscuridad. Oler, oler a mar, oler a salado, a agua salada del mar, ese olor indescriptible del sur, al igual que la brisa ligera que genera, fria, envolvente … pero apetecible. Mezclar el sonido de la música con el de las olas del mar rompiendo y también, mezclar la luz de la única y simple lámpara que te ilumina con la luz que entra por la ventana de la luna que avisa de que hoy está menguante. Tantas cosas que sentir y percibir.

Sentir un leve contacto de tus labios con los míos avisando de que esta escena ya termina y que han ocurrido tantas cosas en un solo momento de las cuales yo solo me he dado cuenta y he querido saber que tu estabas a mi lado. Así sentir que el calor que acabas de dejar se va contigo y dejas la forma de tu cuerpo entre las sábanas y en mi mente un te quiero perpetuo; en mis labios el sabor de los tuyos; en mi cama tu olor y una noche entera me regalas en vela para pensar en lo ocurrido y si volverá a ocurrir.

Un día sin ti.

Un día sin ti es un día gris, aunque el cielo esté despejado. Un día sin ti es sentir frío, siendo la temperatura bastante cálida. Un día sin ti es sentir que las horas pasan lentamente. Un día sin ti es sentir que todo es monotonía. Un día sin ti es un día triste aunque todo lo que te rodee sea alegría. Un día sin ti es sentir que te has levantado para nada. Es llorar por nada y reírte por todo. Son tantas cosas malas, que prefiero estar contigo, aunque tu no notes mi presencia. Porque una cosa es cómo eres, y otra como muestras ser.

Gotas de agua.

Sentir como una gota de agua salida de tus ojos recorre toda tu cara para terminar en la cama mientras piensas que quisieras ser insensible, no poder sentir nada. Por qué te ha tocado a ti querer, por qué quieres a alguien que no quieres querer, por qué tienes que sufrir tú. Sientes impotencia, al no poder hacer nada respecto a tus sentimientos, pero, piensas que, sin embargo hay cosas que te hacen ser feliz sintiendo ese afecto por ea persona; el olor que hueles cuando hablas cuando hablo contigo, que en verdad, no existe; la sensación de que el tiempo no pasa, de que tengo toda la vida para decir “ Hola, ¿ qué tal ?” Aunque no sea así. Casi todo es siempre sufrimiento, pero los momentos en que no es así, ganan por peso a los malos momentos. Porque por mucho que quisiera, me seria imposible acabar con mis sentimientos, estos tienen vida propia, van, vienen, se van otra vez y vienen luego. Solo queda esperar el siguiente paso que quieran dar …

Algún día.

Hay días que pienso que confundo amor y amistad, que solo siento admiración o aprecio; en cambio, otras veces, pienso que no puede haber nadie que haya querido y que esté queriendo como yo lo hago. Tantas dudas … tan pocas respuestas … ¿ Me habré enamorado de algo que no veo, que no existe ? Tener ganas de que esto que sientes nunca se acabe y también desear que todo termine para poder dejar de sufrir, de pensar, de dudar. Porque hay días que se pasan como nada, y otros en que no se puede ser más feliz, y todo por el simple echo de haber hablado menos de diez minutos, el haber sentido de que esa persona quiere hablar contigo, de que ha pensado en ti solo para responder a la pregunta o comentario tonto que le dijiste, te hace ser feliz que te hable más de lo que tu le hablas, te hace sentir que le importas, que a la persona que más quieres, la que más piensas, le importas, aunque solo sea para que le dejes en paz, aunque solo sea para que busque un fin a esa conversación tonta que mantenéis. Porque con tonterías, con cosas minúsculas, se va formando una gran bola de cosas pequeñas, que se hacen enormemente grandes. Porque las cosas más pequeñas, son las que te hacen sentir bien, son las que se parecen a las grandes. Porque los días que te sienten mal, son los que tienes más ganas de sentirte bien … Porque no sé escribir lo que siento. Quiero que algún día llegue … ese día, que creo que nunca podré olvidar, para bien, o para mal. El momento en que me dé cuenta de que lo que sentía se fue de no usarlo, o el día que llegue el echo para que lo que siento continúe.

¿Qué es querer?

Querer es ser nulo si no estás al lado de esa persona que te atrapa y te succiona hasta un punto en que las horas parecen minutos a su lado. Querer es no saber expresar lo que sientes. Querer es dudar Querer es reír, querer es llorar … Querer es desear pasar cada segundo de tu vida a su lado. Querer es no querer decepcionar a quien quieres. Querer es hacer algo diminuto, inmensamente grande. Querer es no importante la distancia. Querer es sentir que todo te da igual si estás a su lado. Y el que quiera saber qué es querer, que quiera y lo sabrá.

Dos años.

Dos años, ¿ mucho o nada ? Dos años sin sentir las vibraciones de tu voz sobre mí, sin reír a carcajadas contigo, sin poder desahogarme y sentir que te sirvo, que puedes contar conmigo, que me puedes decir lo que quieras. ¿ Fin o tiempo muerto ? Haberte tenido en un tercer plano, sin saber que dentro de mi, ocupabas una tercia parte de mis sentimientos, veo aquí reflejado que no sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes, pero sé, que si te vuelvo a tener, no te perderé.

Esas medias horas andando al mismo ritmo, hablando y hablando … siempre coincidiendo en lo mismo, no saber si era rutina o era agotamiento, ahora, me da igual lo que fuera, solo quiero que vuelva. Porque ahora, echo de menos la rutina, a la que antes asqueaba. Quiero recuperar tus miradas perdidas que se dirigían a la nada por vergüenza a mandármelas a mí.

Dos "refranes" antónimos.

No sé si lo abras oído alguna vez, pero hay dos dichos muy parecidos.

En uno de ellos se dice que, no debes cambiar para que te quiera alguien, si no que debes de ser tú mismo, si así no te quieren, es porque no te merecen. Pero en cambio hay otro que dice que si en realidad tu deseas tanto a esa persona, debes de cambiar hasta el punto de que sienta alguna atracción por ti.

Si lo piensas en seco, te sueles decir a ti mismo, pues yo me tiro más por la de que no hay que cambiar para poder estar con otra persona, te debe de aceptar tal y como eres. Pero si tu te pones en el pellejo de la persona que quiere cambiar para caer en gracia, gustar … o para lo que sea, no se opina lo mismo, haces lo que sea para conseguir lo que quieras.

En mi opinión, ni hay que quedarse como uno es, ya que por un leve cambio no pasa nada; ni hay que cambiar radicalmente. Un termino medio, cambiar, pero muy poco …

¿Y tú? ¿Qué prefieres?

Un llanto inesperado.

Tuve que romper a llorar. Se juntó la canción exacta con sus palabras perfectas, cosa extraña, ya que hacerme llorar porque sí a mí, suele ser bastante complicado por no decir casi imposible. En ese momento supe que nunca tendré el valor de decir te quiero; te amo; te adoro; no pasa un solo minuto sin que ocupas la mayor parte de mi mente. Con lo cual, me doy cuenta, de que tampoco me dirá lo mismo.

Hay veces que dudo si lo que siento es amor y no es amistad o aprecio, solo que esa duda se esfuma cuando haces que el estar contigo una hora, se pase tan rápido, que parezca un minuto. Y entonces empiezo a pensar si lo que siente por mí es amistad, amor … o simplemente … nada, solo su simple pasatiempos.

Otras veces que lo que me dice, noto que son indirecta para decirme que siente algo mí; pero qué ridículo, una persona tan enorme por dentro, cómo va a sentir algo por una persona insignificante como yo.

Corto toda conversación que tenga algún que otro grado de importancia, no sé si por miedo a que descubra algo malo de mi, o miedo de yo descubrir algo malo suyo; cuando en verdad, lo que quiero es hablar de eso, de cosas que de verdad importan, y no de temas para pasar el rato.
Intentar todos los días que siento lo mismo que yo siento, intentarlo inútilmente, ya que ese esfuerzo que hago, siempre es en vano por no hablar claro.

Al haber escrito lo dicho, no sé si por lo que escribo, o porque he echo un movimiento brusco, me he mareado. Mi mano tiembla como el aleteo de los pájaros, de no poder a basto escribiendo todo lo que me gustaría poder decir y de saber que lo que estoy intentando decir, lo expreso de esta manera.

El final.

El final de algo es doloroso. Saber que no vas a volver a sentir lo mismo que pudiste haber sentido mientras eso duraba. El miedo a no poder ser feliz sin ese sentimiento que acabó y que cada día y noche te atraía de una forma en que, otra cosa, era muy difícil de encajar junto con esa. Siempre intentas que el final no llegue sacando fuerza de donde creías ya no haber nada, para nada, ya que eso solo servirá para alargar el proceso de llegada al final.

Hay personas que aceptan el fin de algo, yo otras que en cambio, lo que hacen es luchar por recuperar ese sentimiento o simplemente intentando que no se pierda viviendo en la verdad haciendo ver la mentira, es decir, amargándose. asta que te rindes, y pones fin.

La magia se va, las cosas terminas, los juegos se acaban, la vida muere, los amores se agotan ... y al final, terminas en una fase en la que dices, algo hubo; y esperas a que vuelva, esperas y sigues esperando, ya que eso puede que vuelva o no.

En el transcurso del final, ese espacio que ocupaba esa persona lo va ocupando otra, quizá por despecho en el caso de dejar de sentirse querido. En el caso de que tu dejes de sentir, ese fin llega sin darte cuenta, sin quererlo. Conoces otras personas nuevas que te llenan mucho más que ... y ese fin llega un día, un día inesperado.

Solo decir que se puede confundir el fin con una pausa.

Quiero hablar contigo.

Estos días, en los que hablar contigo es un milagro, se pasan fríos, pensando en ti. Porque esta tortura de tenerte en mi mente constantemente, has conseguido que encuentre en las personas el adjetivo llamado perfección. Levantarme y pensar en que ahora queda menos para poder decirte hola, y que me contestes. El escuchar una canción, y encontrarle un doble sentido al que se le tienen
que añadir alguna que otra palabra y restar otras. No saber si hablarte, por miedo a que pienses que soy pesada; de no hacerlo, el día entero me paso llena de amargura por no poder haber recibido palabras de la persona que ronda continuamente en mi pensamiento. El que no estés conectado, y estar todo el rato pendiente para ver si te conectas al msñ, y si es lo contrario, esperar una respuesta tuya. No poder dormir al invadir todos mis pensamientos, en si habré echo el ridículo o no … y quedarme dormida pensando en que todo me da igual, y que lo unico que me importa es que has pensado, aunque solo sea para decirme hola, durante tres segundos en mí. Nunca pensé que estando a cientos de kilómetros de alguien, podría engancharme tanto, porque es así, esa palabra lo dice todo, estoy enganchada a ti, y no me puedo desenganchar.


No puedo decirte nada, al saber, que al decirte lo que te quiero decir, la respuesta no será de mi agrado. Así que prefiero amar en silencio, sabiendo lo poco que sé de ti, que es lo que ha echo que no piense en nada más, y enviarte insignificantes indirectas, que ni la persona más atenta del mundo captaría, por miedo a que te des cuenta, de que cada palabra que dices, le doy más vueltas de las que se le ha dado a nada. Porque así soy yo, y no lo puedo remediar. Sin querer, empleo un refrán: Más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer. Así pasará el tiempo, intentando olvidarte y no pudiendo. Derramando lagrimas, que no sé si confundo con amor, y en verdad son amistad, o siendo el sentimiento que jamás podré demostrar a otra persona.