martes, 14 de agosto de 2012

Mi rayo de luz.


Que no hay historia más grande que la que forman mis dedos sobre tu espalda, en noches como esta, a tu lado. Que sí, que tú me quieres, pero yo más, y más, y siempre más que tú, hasta el infinito y más allá. Que no hay otra que me haya dado lo que tú me has dado, la vida, las ganas de reir, de llorar, de saltar, las ganas de crear un futuro y creer en él.

Vale, no sé cómo se hace, pero te tengo que decir que me encanta pasear de tu mano y ahogar risas escandalosas en tu hombro. Que sí, que ya lo sé, pero yo también pienso en ti. Más que tú, siempre más que tú, que me gustas despeinada y con aires de recién levantada. Que me encantas, en la cama, en mi cama. Tu risa, la mía, y que le den al mundo. Y sé que muchas te dirán que le gustas cuando callas, porque estás como ausente, pero es que a mí me gustas cuando callas, cuando no paras de hablar, de pie, tumbada y hasta cuando no estás. Que no sé estructurar mis pensamientos y plasmarlos sobre un papel si de lo que escribo es de ti. Y te prometo que te juro todo lo que quieras, pero siempre a tu lado. Tú, siempre en mi mente.

jueves, 8 de marzo de 2012

Dónde te has metido.

Hoy he de confesar que amé cada centímetro de tu piel. Podría haberte besado hasta borrar mis labios. Me habría inventado cuentos todas las noches entre tus brazos: cuentos de princesas, castillos, dragones y espadas. Cuentos que tú protagonizaras. Hubiera fabricado sonrisas mañaneras al son del impertinente sonido del despertador. Habríamos corrido tras las gaviotas durante horas, acabando en el césped. Boca arriba. Mirando al cielo, imaginándonos cómo sería nuestra vida perfecta mientras contábamos las hojas de un árbol, nuestro árbol y sonaba de fondo música de nuestras bocas, nuestra música, nuestras canciones. Se nos olvidó recordar que no había vida perfecta que imaginar, que la vida de mis sueños era esa, ahí, a tu lado. Al lado del árbol. Quemándome al Sol y muriendo de frío a la vez. Alternando frases de canciones que hoy día, aún me alteran el corazón. Riendo sin razón, riendo porque la felicidad estaba ahí, a tu lado. Se me olvidó que mi vida perfecta eras tú. Se te olvidó regresar y buscarme en aquel árbol y darme todos aquellos besos y abrazos que prometiste. Aún sigue la hierba más verde por los lugares donde tú pasaste. Aún me sigue contando este árbol que ya, no me reconoce.

sábado, 3 de marzo de 2012

Ascensores de treinta segundos.

¿Lo sientes? El final se acerca como siempre. Prisas y reproches internos. Y llega, y te beso, y me voy sin pensar. Entro en el ascensor con las maletas llenas y la cabeza vacía. Y cuando vuelvo a la cordura me pregunto por qué no te abracé, por qué me fui sin decir te quiero, por qué no te besé más, por qué te di aquel beso rápido que supo al último, ese beso sin pasión que prometía un: "cuando tenga tiempo lo alargamos".

Lo que no sabes es que ese beso no llegará. Comenzar algo es el principio del final. Hay finales que vienen acompañados de luces y señales, los típicos finales en los que se puede apreciar de lejos que se acaba, en los que tú ni si quiera te das cuenta. En los que no puedes hacer nada. Finalmente acaba cayendo la venda que te cegaba y empiezas a ver la realidad. ¿Por qué nos ciega tanto el amor?

Es ahí cuando comprendes que no es para ti. Maldita sea. Cómo iba a ser para ti, querida egocéntrica. Ella era mucho más que tú, demasiado. Dolor, incomprensión, aturdimiento, incredulidad, más dolor, ganas de nada, odio, lágrimas y vuelta al amor. ¿Por qué nos empeñamos en odiar a alguien por quien daríamos la vida? Y ahora, después de todo, es cuando, por muy tópico que suene, te das cuenta de que te ha robado la razón. Y salgo de aquel ascensor de color y recuerdos inolvidables con la cabeza más llena que las maletas y el corazón latiendo por una sola razón.

martes, 31 de enero de 2012

Reliquias del pasado.

— Mientras siga riéndome junto a ti, que le jodan a los demás.


—¿Sabes cuál es mi canción favorita? —¿Cuál? —No es una cancion, es el sonido que sale de tu boca.

Soy tu fan número uno declarada oficialmente porque vamos, eres la hostia y porque eres perfecta.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Pequeños placeres de la vida VII

Reír tanto que se te escapen las lágrimas.

viernes, 23 de diciembre de 2011

A tiempos desnivelados.

Yo nunca te voy a dar peces, yo te enseñaré a pescar. Nunca te daré frutas, ya que te enseñaré a cultivar. Nunca te daré animales, te enseñaré las hazañas del ganado para que así, cuando yo no esté, sepas vivir sin mí.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Y así sucesivamente

Que yo me ria y tú te rías. Que yo me vuelva a reír, que tu lo vuelvas a hacer y que nos riamos mutuamente.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Risas que te sacan sonrisas.

Quiero estar tan cerca de ti que llegue un momento en el que tu piel me empiece a quemar, que el aire que yo inhale sea el que tu exhales, y que no pueda ver otra cosa que no sean tus ojos mirando los míos y, los mismos ojos míos, reflejando tu sonrisa.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Pequeños placeres de la vida VI

Cantar bajo la ducha y creer que lo haces bien.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Pequeños placeres de la vida V

Que el Sol se esconda para dejar paso a la Luna a poder contemplar nuestros besos.