Las personas que pueden llegar a pasar por tu vida son muy diversas. Hay personas que no marcaran una entrada y una salida, pasarán de largo. Se subirán a tu tren, y se bajaran una sola y simple vez. Alomejor no tuvieron algo que ver contigo, o alomejor sí, y ni si quiera te diste cuenta.
Están las personas que te hacen persona a ti. Esas personas que te acompañan desde el primer día de tu vida hasta el final de su muerte. Estas son las únicas personas que no se pueden cambiar, ya que están predeterminadas. Son los que te muestran cariño incondicional, las que no piden nada a cambio, las que se entristecen cuando lloras, y las que rebosan alegría al verte reír.
Tenemos a los amigos, los cuales dependiendo de nuestra etapa de vida, necesitamos más o menos. Dependiendo de tu concepto de amistad hay amigos más amigos o menos amigos. Los que estuvieron para lo bueno y lo malo, o los que solo intentaban sacar provecho de ti. Los que se fueron para no volver, o los que llegaron para quedarse. De amigos todos tipos hay. Los amigos que intentaron darte consejos y fallaron, y los que acertaron.
Luego están las personas que aunque solo sea una vez, la recuerdas cada día, con lo que se puede deducir que esta persona te ha “marcado” . Esta persona puede ser un familiar, tu padre o tu madre; un amigo, el mejor de la infancia, tu primer amor o, incluso tu mayor amor. Por mucho que lo evites, como mínimo, cada día le regalas un par de minutos de tu pensamiento. No importa el tiempo que lleves sin verle, ni la distancia... Lo único que importa es que a ti te importa. No elegimos en quien queremos pensar, ni a quien queremos odiar, ni a quien querer.
No habría espacio para describir la cantidad de personas que conocemos y que conoceremos, ni para decir su variedad. Pero dentro de cada persona hay algo, puede que bueno y puede que malo, puede que eso sea para siempre o que se olvide, puede que te ayuden … pero esa es tu labor, descubrir lo que lleva dentro cada persona.
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