Después de no tanto tiempo como el que esperaba conseguí salir de aquel pozo del cual parecía que nunca habría salida. Conseguí alegrarme de tu felicidad y por fin logré olvidar tus besos, tus abrazos y todos aquellos maravillosos días vividos de tu mano y escuchando tu gran risa. Volví a tener momentos que creí irrepetibles y, es más, conseguí momentos mucho mejores que los que viví contigo. Encontré cobijo en otros brazos y otros labios más cálidos que los tuyos. Una persona que me hacía reír mucho más que tú. Otra persona en la que pensar las veinticuatro horas de mis días...
martes, 1 de noviembre de 2011
De porfines no llegados
Y al final no fue tan malo como suponía. Te conseguí olvidar y conseguimos ser amigos. Yo encontré otra persona a la que querer, y fui correspondida. Mis días fueron soleados por mucho que lloviera. Porque creía haber encontrado a la mejor persona, pero, ¿cómo sabes si has encontrado a la mejor persona para complementarte si no has conocido a nadie más? Fui feliz, y fuiste feliz. Encontré a esa persona que me levantaba con un buenos días princesa. Conseguí ilusionarme de nuevo, volver a besar con la misma intensidad de antes y encontrar un nuevo sentido a todas esas canciones que tratan de amor y a dejar de comprender aquellas que tratan de desamor.
Ring, ring. ¿Pero qué? ¿Las 7:45? Querido despertador, cómo osas cargarte mi sueño...
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