martes, 28 de septiembre de 2010

Átomos en movimiento.

Cuando algo es muy intenso, tienes el riesgo de chocarte, y que duela, que duela de verdad. Sin embargo, cuando algo es leve, el porrazo es suave, se podría decir que casi ni se nota. Pero, ¿de qué sirve vivir si no se intenta buscar la intensidad? Lo intenso te deja marca para toda la vida, mientras lo leve, lo fácil, con lo que no corres riesgos; todo eso pasa a formar parte de tu particular baúl de desechos inútiles y estúpidos que la vida te da y tú, de una manera un poco tonta, aceptas, sin saber que no sirve para nada o a veces, sabiéndolo.

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