sábado, 10 de diciembre de 2011

Conversaciones varias XVI

— ¿Sabes? Nunca pensé que te diría esto, pero, me alegro de que te vaya bien. Me hace feliz que tú seas feliz. Me alegra saber que todo te va bien, que tu vida sigue igual o mejor sin mí. Pensé que nunca diría esto pero, me alegro de que tu corazón tenga motivos para latir más rápido, motivos que no sean el que me acerque a tus labios. Me satisface el saber que tienes un motivo para levantarte, aunque yo no sea aquel motivo, que sonríes al pensar en alguien y que al escuchar una canción de amor recuerdas a alguien, ese mismo alguien que te hace sonreír.

No sabes cuánto me alegro. Me hace feliz que tengas planes para el futuro. Aunque yo tuviera otros para ti. Pido a quien sea que nunca entiendas esas letras de esas canciones que has escuchado a las cuales no encuentras sentido, las cuales te hacen llorar. He acabado entendiendo que te quiero demasiado como para haberte deseado alguna vez algún mal, que te quiero tanto, que si eres feliz, me da igual que yo no aparezca en tu vida. Me gusta saber que alguien hace que se te erice la piel, que hay alguien que cuida de ti, quizás no tan bien como yo, y que intentas llegar antes a algún lugar desconocido. Llámame egocéntrica, pero gracias por hacerme ser tan buena persona que sea feliz, solo y simplemente, sin añadir nada más, que si tu también lo eres.

— Yo, lastimosamente, solo te puedo dar gracias por una cosa.
— ¿Por cuál?
— Por haber desaparecido de mi vida. Gracias por no dejar huella y por no causar ningún efecto de amor en mi. Sinceramente, si te hubiera querido de verdad, nunca habría soportado ver lo mal que lo pasaste por mi.
— No hay de qué, ha sido un placer.
— Hasta nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario