viernes, 30 de julio de 2010

Soñar

Dos de la madrugada,
mil vueltas sobre la cama,
¿ por qué no podré dormir ?
me pregunto sin cesar.

Venga, concéntrate, es fácil.
Cierra los ojos y relájate.
Esa música lenta, que te hace
navegar, que te hace recordar,
que te hace imaginar, que te
hace SOÑAR.

Soñé que inventaba un lenguaje
que solo tu y yo conocíamos,
en el que únicamente existía
la frase te quiero.

Soñé un mundo en el que solamente
había sitio para nuestro amor.

Soñé que vivíamos en un eterno abrazo,
en un largo beso, en un tímido susurro.

Soñé que la distancia no existía
y que lo que había entre tu y yo
era una forma de poner a
prueba nuestro amor.

Soñé que el silencio existía
porque no había nada mejor
que oír que no fuera
un te quiero de tu boca.

Soñé que me convertía en luna y,
que así podía protegerte y arroparte
todas las noches.

Soñé que los sueños existían
porque era la única manera de
estar cerca de ti.

Soñé que el sonido de la brisa
del mar, no era del mar, si no
de tus labios.

Soñé que podía guardar tu
sonrisa en una caja y así
poder verla solo tendiendo
que destaparla.

Soñé que me transformaba en
tus sabanas y podía caminar
por todo tu cuerpo.

Soñé que conocía cada
de todos los lunares que
recubre tu cuerpo como conozco
la palma de mi mano.

Soñé que podías mirar
a muchas personas
pero solo verme a mí.

Soñé que te encarcelaban
por cegar a la gente
con tu deslumbrante sonrisa.

Y después de tanto soñar, desperté.
Y me di cuenta de que los sueños,
siempre sueños serán.

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