miércoles, 1 de diciembre de 2010

Conversaciones varias IV

- Creo que tengo más suerte que tú.
- ¿Que tú tienes suerte? Permíteme decirte que aquí la única persona con suerte soy yo. Cuando tú puedas hacer algo de esto, tendrás más suerte que yo; puedo verte sin necesidad de espejos, puedo llevarme todo el día mirándote, es más, si tú quisieras, podría llevarme toda la vida mirándote. Y sin exagerar, viendo lo mejor que mis ojos puedan mirar. Puedo disfrutar de tu presencia, puedo aprovecharme de tu personalidad, que ni hace falta decir, que en un concurso de personalidades, la tuya ganaría por goleada. Disfruto de tu voz, voz que no puede escuchar todo el mundo, voz que para mis oídos es la más magnífica melodía que haya existido. Cuando alguien llegue a darte la felicidad, alegría, las ganas de vivir, el sentido a todo, como lo quieras llamar, entonces, a lo mejor, te harás una vaga idea de la suerte de la que yo gozo. Porque yo disfruto de la capacidad de poder abrazarte y, tú, que yo sepa, no te puedes abrazar a ti mismo. Eres inigualable, y hasta que no conozcas a alguien igual que tú, idénticamente igual, no podrás tener más suerte que yo, y te recuerdo que como tú, no hay dos.
- ¿Y esto?
- Esto: conversación futura o conversación debida, elige lo que quieras. Mi futuro en tus manos.

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